Pongamos una gran metrópolis, como es Barcelona, centro de reunión de miles de graffiteros de todo el mundo con una única misión: reflejar su interior, sus preocupaciones, inquietudes, deseos... a través de un bote de spray. Cuenta con tantas pintadas que hasta los recoge un libro: Barcelona 1000 graffitis, de Rosa Puig. No se sabe si será por el espíritu inconformista de los catalanes o que es una de las ciudades más pobladas de España, pero no hay duda de que Barcelona habla.
¿Qué nos quieren decir los mudos muros? Quieren dar voz a lo que nadie se atreve: el respeto perdido, el amor olvidado, las injusticias a las que se ha acostumbrado el ojo humano. Quién sabe si algún día esto sea más que un dibujo o una frase pintadas en un cacho de cemento.
Esto suena muy interesante, podrías dignarte a comprar el libro y comentar algunos de esos grafitis parlantes. Eso ya sería la caña!!
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